jueves, 2 de septiembre de 2010

Laguna Negra

.: Laguna Negra


Palmeras,aves de diversos colores, playas de arenas amarillas y aguas verdes se alternan en torno a la laguna Negra, también llamada de los difuntos. La fortaleza más heroica de la historia uruguaya, el espectacular parque que rodea, una reserva natural de flora y fauna a la que solo se puede llegar navegando y el pueblo que vive gracias a los tiburones son solo algunos de los atractivos de esta zona.

Imperdible debe ser, tomar el "camino de Indios". En el podrá apreciar el cerro Rocha, donde se encuentra la cueva del Tigre, y los restos de lo que se supone fue el primer potrero de la región, el "cerco de piedra". El cerro de la Lechiguana, donde se conservan varios corrales de piedra y de palma. Allí se ve aparecer, una vista espectacular de los palmares de Castillos, con la laguna Negra como fondo. Prueba de lo “poblado” de este bosque, miles de palmeras se agrupan unas junto a otras. Nadie sabe, hasta hoy, con exactitud su origen. Siguiendo por este camino, se puede observar los usos que los viejos habitantes de Rocha dieron a los palmares, corrales realizados conjuntamente con piedras y palmas, las primeras sirven para rellenar los espacios existentes entre cada uno de los árboles. Ubicado al borde mismo de la carretera, el conjunto reviste de una singular belleza, realzada por el silencioso paisaje de la sierra de La Blanqueada.
Podrá divisar el mayor de los corrales, que ha sido definido como el "mayor monumento de la ganadería rochense", esta manguera da nombre hoy a la estancia Corral de Palmas. La magnitud de la obra –se estima que pudo albergar a 40.000 reses– hace suponer que su construcción correspondió a las necesidades del destacamento militar de la fortaleza de Santa Teresa y no a las de un particular. Originariamente estuvo formado por 900 palmeras, tan juntas unas de otras que los animales ni siquiera podían asomar la cabeza al otro lado, lo que aún se cumple en los lugares donde no falta ningún árbol.

Hace pocos años se contaron 785 palmas aún en pie, pero las zanjas que se han formado a sus costados hacen temer por su estabilidad.

La variedad y el número de aves que cruzan el camino irá en aumento a medida que se acerca al bañado de los Indios. Allí conviven decenas y decenas de aves, de las más diversas especies, haciendo de estos bañados una reserva de flora y fauna de enorme importancia. Todos están al alcance de nuestra vista: cisnes de cuello negro, amenazados gansos blancos, chajás de grueso volumen y fuertes patas coloradas, espátulas rosadas, patos de diferentes especies y llamativos colores, gaviotas, teros, cuervillos garzas de varados tamaños y matices, cigüeñas, teros reales y otras decenas de especies, conviven en las bajas aguas del bañado, donde también se alimenta el ganado.

Con paciencia y algo de suerte, podrá observar a los mamíferos más típicos de este hábitat: el carpincho y la nutria. También podrá ver aves rapaces y numerosas especies de pájaros, algunos de ellos inolvidables por sus colores, como los federales, de cabeza y pecho de un rojo incandescente y el resto del cuerpo negro.

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